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Fotográfico

Noventa y nueve no es cien

ECOFILM 2014

 

Por Iliana Pichardo Urrutia / @muselinaltazor

Una organización rizomática del conocimiento es un método para ejercer la resistencia contra un modelo jerárquico, que traduce en términos epistemológicos una estructura social opresiva.

Deleuze y Guattari

LA GRAN SOPA 

En el mar flota una especie de ser vivo que se mueve como un gran animal. En realidad se trata de una enorme aglomeración de desechos que terminan vertidos allí. Este fenómeno recibe varios nombres que hacen alusión a la materia que lo conforma: sopa de plástico, sopa de basura, sopa tóxica o gran mancha de basura del Pacífico. Nombres nada alentadores considerando que la extensión de este basurero subacuático duplica en tamaño al territorio de los Estados Unidos. La mancha voraz sigue creciendo, quizá porque ignoramos que el principal destino de los deshechos es el fondo del mar, y que en los últimos 30 años hemos generado más desperdicios que en toda la historia de la humanidad.

En el caso concreto de México, el país ocupa el décimo lugar mundial en producción de basura: 84 mil toneladas diarias. Sólo la Ciudad de México genera 12 mil toneladas; es decir: todos los días se podría llenar al Estadio Azteca de basura. Un panorama deprimente si además pensamos en nuevos tipos de desechos que se multiplican exponencialmente: aparatos eléctricos y electrónicos. ¿A quién no le pasó quedarse con más de un celular viejo, o dos cartuchos de impresora vacíos; o peor aún, acudir a una tienda a comprar el repuesto, tan sólo para descubrir que se venden impresoras más recientes, al precio del cartucho que se venía a comprar?

Los residuos sólidos son el resultado de las actividades que han desarrollado los hombres, desde sus primeras manifestaciones de sociedad, para la obtención de satisfactores. La industrialización, la vorágine de consumo, la desmedida competencia en busca de nuevos productos en el mercado, hacen que se genere un aumento de materias primas, de productos finales y de desechos, entre los que se encuentran sustancias tóxicas que contaminan el ambiente. A esto se le suma el crecimiento demográfico, la alta concentración de la población en centros urbanos y el uso generalizado de envases no degradables.

En el Distrito Federal se han instrumentado las Islas de Reciclaje como una alternativa para el depósito y aprovechamiento de los residuos domiciliarios, fomentando la clasificación de materiales en: tetrapack, metal, PET, papel, cartón, plástico y vidrio. También hay disponibles 372 columnas para la recolección de pilas y celulares usados, además de otras medidas como el Mercado de Trueque, en el que se realiza un intercambio de residuos reciclables por productos agrícolas cultivados por campesinos en la ciudad; o también, el “Reciclatrón”, en el cual se recolectan al año más de 100 toneladas de celulares, cartuchos, computadoras, impresoras, tablets, y un largo etcétera.

Sin embargo, estas medidas se antojan obsoletas si no participamos activamente de ellas; si no les damos difusión; si nos limitamos a separar en orgánico e inorgánico; si nos sentimos ajenos a la basura que producimos y nos apresuramos a sacar las bolsas porque huelen mal. Por desgracia, al depositarlas en la calle no desaparecen de la realidad. Al deshacernos de ellas el problema apenas comienza.

ARTE COMO BIÓSFERA 

Aunque no queramos verlo, también somos lo que desechamos: cada uno de nosotros genera unos 900 gramos de basura cada día. Ante este panorama, resulta urgente buscar propuestas creativas para colaborar con soluciones que respeten el equilibrio de la naturaleza. El arte ayuda a transformar lo material en una idea, convirtiéndose en un vehículo primordial para traducir la realidad de diferente manera. Por la necesidad de mutar la devastación en reflexión, diálogo y conciencia, han surgido, entre la sociedad civil, distintos proyectos y colectivos orientados a buscar salidas que juntan arte, ecología e impacto global. Tal es el caso de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, en Paraguay, en la que un grupo de jóvenes que reside en los alrededores del tiradero de basura elabora violines, chelos, y otros instrumentos musicales con latas de aceite, madera y cucharas viejas; inspirados, quizá, en la tradición de indígenas de la región chaqueña: fabrican violines con latas recicladas desde finales del siglo XIX.

Otro ejemplo es el de la Orquesta Basura, proyecto musical de jóvenes mexicanos que interpretan su música a partir de 30 instrumentos informales construidos por ellos mismos con basura y artefactos de uso cotidiano. El resultado: personas transformando la basura en música.

Es interesante el caso de otro artista mexicano ocupado en temas de responsabilidad ambiental, Arcángel Constantini, quien desarrolló una especie de robots con forma de pequeños platillos voladores, llamados Nanodrizas, que flotan por ríos y arroyos, tomando datos de la contaminación del agua y liberando, además, un cultivo biótico en lagos y estanques que ayuda a mejorar la calidad del agua. El registro audiovisual de las Nanodrizas puede ser visto por los visitantes a museos o galerías con unos goggles de realidad aumentada. Se trata de una solución creativa al problema de la contaminación de ríos y aguas en México.

EL CINE COMO ARMA

El cine ha sido, a lo largo de la historia, una forma de entretenimiento pero, también, una herramienta de conciencia y un arma de contrainformación; un vehículo para mostrar lo que la versión oficial omite. Así lo afirma Raymundo Gleyzer, cineasta argentino. Bajo esta premisa Gleyzer viajó a nuestro país para realizar México, la revolución congelada (1973), un documental que expone el abandono del campo y el entumecimiento de los “logros” revolucionarios que poco han evolucionado hasta la fecha. A pesar de su pasión por el cine como instrumento para generar reflexión, Gleyzer fue víctima de la dictadura militar argentina y desapareció en 1976. Caso contrario es el de Ai Weiwei —artista disidente de la China contemporánea—, quien adquirió mayor popularidad por el documental de Alison Klayman, Ai Weiwei, never sorry, en el cual la directora retrata a esta figura pública que inspira a las audiencias globales borrando la frontera entre arte y política. El artista ha logrado permanecer con vida gracias al uso de las redes sociales para documentar la represión de la cual ha sido objeto: Que una persona cuide sus derechos es la esencia de la sociedad civil, afirma Ai Weiwei.

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En esta línea de documentales de denuncia, el director José Cohen, en su ópera prima H2O MX, toca el grave problema del agua que enfrenta la ciudad de México y la falta de políticas de Estado para tomar medidas urgentes. H2O MX documenta como una solución viable el proyecto de la organización Isla Urbana: un sistema de captación de agua de lluvia para mejorar la calidad de vida de las personas que conviven día a día con este problema.

Otro documental, que impacta por el tratamiento del tema, es Waste Land de Lucy Walker. En este filme, la directora tiene acceso al proceso que el artista brasileño Vik Muniz vive al adentrarse en uno de los basureros más grandes del mundo, Jardim Gramacho, en las afueras de Río de Janeiro, con la intención de pintar a los recolectores que ahí laboran. El proyecto va mutando a medida que las personas tienen la posibilidad de re-imaginar sus vidas, colaborando activamente en el proceso de recrear sus propios rostros en pinturas gigantescas realizadas a partir del mismo material con el que trabajan todos los días: la basura. Al presenciarlo, lo que se experimenta es, en palabras de Muniz: Ese momento mágico cuando una cosa se transforma en otra. El poder de transformación del arte.

ECOFILM FESTIVAL 2014

Este festival de cortometrajes, que se realiza anualmente en la Ciudad de México, nació para demostrar que a través del arte se puede lograr un cambio hacia un planeta sustentable. Respondiendo a la necesidad de sensibilizar a la sociedad sobre la problemática ambiental, el Ecofilm Festival se ha convertido en una ventana que promueve la producción audiovisual y la cultura ecológica.

En esta edición la temática del festival gira en torno a los residuos sólidos. Se busca conseguir el entendimiento del ciclo de vida de los productos, promover actividades relacionadas con el manejo responsable de estos residuos, las consecuencias de su mal uso y transmitir la importancia de la reutilización y el reciclaje. Otro aspecto que sumará en la decisión final del jurado consistirá en documentar las prácticas sustentables durante el proceso de producción. La convocatoria del Ecofilm Festival continúa abierta hasta el 17 de julio de 2014.

 

COMPETENCIA NACIONAL 

Los premios y reconocimientos son: 

– Mejor cortometraje: $1,000,000 MXN (*la obra ganadora de este premio no podrá ser elegida en ninguna otra categoría).

– Los premios para cada una de las categorías de Ficción, Animación, Documental y Campaña Audiovisual consisten en:

– 1er lugar $100,000 MXN

– 2o lugar $ 50,000 MXN

Competencia Internacional:

– Mejor Cortometraje Internacional: Viaje para 2 personas a la Riviera Maya, México.

NOVENTA Y NUEVE NO ES CIEN

El concepto de basura parte de la negación a convivir con los deshechos de nuestras actividades cotidianas. Estos residuos son introducidos primero en bolsas y después arrojados a la calle, pasando a formar parte de las actividades consideradas desagradables y que nadie quiere realizar. Finalmente, son marginados de la ciudad, donde en lugar de ser reciclados más bien pretenden ser escondidos. Este conjunto de actividades, que van desde las casas hasta los tiraderos de basura, constituyen una especie de inconsciente material de la vida de consumo. El camino a una integración ecológica sería recuperar la consciencia de la basura, no como un deshecho, sino como un bien material al que puede accederse mediante el reciclaje, promovido por la ciencia, el diseño y el arte. Como diría Valter, uno de los líderes del Movimiento Internacional de Recolectores de Materiales Reciclables que aparece en Waste Land: La gente a veces dice: ¿pero reciclar una simple lata? Sí, una lata es de gran importancia, porque 99 no es 100. Basta con que lo creamos

La convocatoria del Ecofilm Festival continúa abierta hasta el 17 de julio de 2014.

Texto completo en Revista Yaconic, por Iliana Pichardo Urrutia.

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