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Tierra Menguante

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Titulo en Español :  Tierra Menguante
Año de producción : 2008
País : México
Duración :  17 min.

Mención especial en el Festival de Cortometrajes “El cine a las calles”.

Finalista en el 1er Festival de cine en el campo.

Sinopsis:

Una joven mujer regresa a su casa natal después de muchos años. Allí se reencuentra con su familia y también con viejos amigos. Entre la marea de emociones de su retorno intentará tomar una decisión que afectará definitivamente su historia, y la de los seres que allí viven. Un viaje de regreso al origen, a la tierra menguante.

Trailer del cortometraje, Tierra Menguante

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El Cortometraje

Todo comenzó como documental. De entrada el tema no fue una invención sino un descubrimiento. En el año 2006 fuimos a conocer a doña Cata, y ella repetía sus párrafos en vivo. Luego conocimos a don Quinto, graduado campesino desde los 11 años y desde largo tiempo capatáz de la milpa y granja de doña Cata y su difunto marido.

 

la-chivaNos sorprendió –porque siempre cargamos con nuestras limitaciones– que el análisis que hacían de la realidad era muy lúcido. Y que realmente, llegando al centenario de la Revolución Mexicana, la condición del campo era paradójica. Empezamos a filmar en diciembre de 2007, siempre pensando en documental. Hicimos entrevistas que nos sorprendieron más. Porque aquellos postulados históricos del plan de Ayala estaban en la boca de nuestros entrevistados. En particular de los más viejitos que sentían que algo estaba perdiéndose para siempre.

A la siesta, bajo una sombra al costado de camino, con machete y sombrero, respondieron nuestras preguntas con un sabor acedo de resignación. Doña Cata fue  más lejos y nos habló de la tierra como un ser vivo y orgánico. Y de sus experiencias en un lugar que parece estar retirándose en cuerpo y espíritu.

Regresamos a México DF sin tener una idea clara de hacia dónde continuar. Teníamos un material fuerte. Pero no una estructura. En ese punto surgió la convocatoria al Primer Festival de Cine en el Campo. Se pedían cortometrajes de no más de 15 minutos.

Decidimos escribir un guión, casi una escaleta, en una tarde. Allí incluímos parte del material filmado. Y al día siguiente nos lanzamos a Tetecalita a terminarlo.

Durante dos días filmamos intensivamente haciendo debutar en el corto a doña Cata, a don Quinto, a los hijos de Agus, la cocinera; y a todos los miembros del equipo. En unas semanas el corto estuvo terminado.

Lo presentamos sin espectativas, pero al tiempo nos llegó la noticia: nuestro corto había sido seleccionado para el festival. Se iba a cien comunidades en el país donde lo pasaron en unas pantallas inflables gigantes. La idea nos pareció genial. Y así se llevó a cabo. Pero la historia no termina allí. Además los organizadores nos comentaron que el corto había quedado seleccionado entre los tres primeros…

rodaje Lo que estuvo bueno es que al regresar a Tetecalita a mostrar el cortometraje nos enteramos
que la versión del trailer para YouTube había sido vista en Estados Unidos por los hijos del compadre de don Quinto. Y que se habían emocionado al ver Tetecalita a la que no pueden regresar por ahora.

“…Son tres veces las que he tenido contacto, ahora si que digo yo, con el Universo…

…Porque realmente somos una pequeñísima parte de este mundo… aunque no queramos pertenecemos a él.

…Y entonces tanto me habló la tierra como el agua, los árboles, la hierba, todo… esa sensación de yo pertenecer a ellos, y ellos también, pues, sentirse de que yo era parte de ellos…”

Catalina Zanela

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Doña Cata

A estas alturas de la vida doña Catalina Zanela Navarro puede decir que ha expresado su visión de la vida del mejor modo posible. Estudió filosofía en el valle de México, escribió su primer libro allí. Vivió una prolongada vida de soltera ayudando a sus hermanos y sobrinos a sobrevivir con el negocio que le dejara su padre; y finalmente se casó y se vino a vivir al campo. Se enamoró de la poesía existencial de la tierra. La tierra y la vida, el sembrador, el fruto; fueron los medios que encontró para expresar su emoción. Unos años plantaron aguacate con su esposo “Chamo”, y otros años fueron los mejores, en la época de la papaya. Esa era la poesía viva y nada intelectual de su realización como ser.

Aún así siempre le gustó la literatura y continuó escribiendo. En el año 2006 el Ayuntamiento de Emiliano Zapata, del que depende Tetecalita, ese pequeño pueblo en el límite de la urbanización creciente del estado, publicó su primer libro “Tetecalita”. Tenía 88 años.

Hoy, entre sus memorias más frescas, se encuentra un libro que no ha publicado y que cuenta centenares de anécdotas oídas y vividas desde su infancia; fue ese libro el que llamó nuestra atención…

Tetecalita y la Revolución del Sur

A cien años de la ya famosísima gesta histórica mexicana Tetecalita sigue orgullosa y perdida con su iglesia colonial; a pesar del desplante estilístico del tercer milenio. Digamos que hay una barrera temporal que separa a todos los pueblos que se encuentran antes y después de Tetecalita. Más al norte se extienden los complejos habitacionales para la creciente Cuernavaca, los desarrollos habitacionales para turistas y casas apartadas de la voraz mancha urbana; que paradójicamente siempre se alcanza a sí misma.

Al sur están los pueblos tradicionales, casi abandonados. Sin planeamiento. Los alrrededores del ingenio azucarero de Zacatepec, Temimincingo, y Tlaltizapán de Zapata. El mero sitio en el que aun sigue en pie el original cuartel de Zapata. El centro de la resistencia revolucionaria contra el Porfiriato. Más al sur Chinameca, donde el líder de la insurrección fue emboscado y muerto.

comiendo-con-zPodemos decir que en cien años el paradigma campesino ha cambiado. En aquellos tiempos la lucha era por la tierra. Hoy en día la lucha es por deshacerse de ella. Es sorprendente la enorme lista de dificultades que hoy en día enfrenta una persona que intente sobrevivir del trabajo de la tierra en México. De modo que aquellos ejidos (parcelas colectivas resultantes de la reforma agraria) hoy buscan dar  con los modos legales de ser vendidos a mejor precio. Los grandes grupos constructores coludidos con las empresas extractoras de materia prima, y las empresas que obligan a sus empleados a invertir en seguros de vivienda, están muy dispuestos a solucionar estas necesidades de los herederos de la tierra y cada vez más ausentes campesinos.

Y al hablar de ausentes surge este tema milagroso y de tanto auge en el mundo del espectáculo. El migrante. El migrante es un natural de todo el mundo. Un viajero al norte de la nada. Un exiliado del alma. Y cosas por el estilo. El migrante es el hermano cuyas raices se van haciendo ramas hasta perder contacto, tantas veces, con la tierra. Un herido condenado a vagar por el espacio durante un ciclo indefinido del tiempo. Porque en la tierra se puede observar la duración de los ciclos. Y en el espacio no.

Extracto del libro “Tetecalita”, por Catalina Zanela Navarro:

“…La primera estapa es de la zozobra; se establece una lucha entre él y los elementos ambientales ¿Quién ganará? Las plagas, las hormigas. Día y noche atisba el cielo buscando el presagio o la presencia de la lluvia; la influencia de la luna, sus cambios y posiciones; el giro de los vientos; la amenaza de una posible granizada; todos son factores determinantes. Si llueve mucho es malo, si llueve poco, peor todavía. Está a merced de una naturaleza llena de misterio y capricho. Dotado de una voluntad férrea lucha contra todos los enemigos. Constante y escrupuloso, como un científico, observa, fumiga, abona la tierra.

Cuando comienza a surgir el fruto de su siembra, también surgen nuevos enemigos, los pájaros, los cuatalatas, los tejones intentan disfrutar de las primicias y el campesino se las ingenia para desterrarlos; en el día a base de gritos y palmadas ahuyenta a los pájaros; en especial son los niños que hacen huir las aves gritando ” a o e, a o e, a o e”, por la noche sale a lamparear armado de su escopeta para dar fin a los animales que destruyen la siembra.

Cuando el fruto esta en plenitud se enfrenta a la segunda etapa, a nuevos enemigos que son los que quieren cosechar sin haber sembrado, entran al terreno a hurtar los elotes, las calabazas, los tomates. Existen padres que no se arriesgan, adiestran a sus hijos para que roben los productos del campo.

el-maizLa tercera y última etapa es tal vez la más difícil y deprimente: se presenta con su cosecha en los mercados y unos hombres con aspecto de lobos, después de muchos regateos, le compran; el campesino acepta porque sus productos son perecederos, no los puede almacenar. Esos lobos, en minutos, duplican el dinero a costa del campesino que trabajó por largos meses. Y regresa a su tierra con la esperanza de que el año venidero tal vez sea mejor.

Es la vida del tan traído y llevado campesino mexicano, menospreciado por el citadino que lo tilda de payo, inculto, hosco, sin tomar en cuenta que gracias a él su mesa está povista de alimentos. No se asombra de que al endulzar diariamente su café, cada arenita de azúcar es una gotita de sudor del sembrador de caña que se afana por producir el azúcar de cada día de los niños y los hombres.

Si los campesinos del mundo decidieran tomar vacaciones por un año y dejaran de sembrar la gente moriría de hambre porque hasta la carne de pollo y de vaca son producidas por los alimentos del campo, los forrajes, el sorgo, el maíz, la alfalfa. Esta decisión afectaría también a los países ricos en pozos petroleros, países de grandes industrias; porque no pueden alimentarse con gasolina o triturar con los dientes la maquinaria o coches que producen.

quintoEl mismo campesino ignora su importancia y los citadinos no le dan el lugar que le corresponde  y merece.

Sembrar es arte, belleza y vida.

Saber esperar, para bien o para mal es otra virtud del campesino; nunca desespera, si el temporal fue malo o los precios se desplomaron al año siguiente, vuelve a sembrar con el mismo entusiasmo y con la misma esperanza de obtener éxito.

Maneja con desenfado y sin afectación sus sentimientos, sabe atesorar rencores y no olvidarlos. Le da tiempo al tiempo y con la paciencia de un santo espera el momento oportuno para desahogar el invencible rencor, ignora el perdón. Posee una singular percepcion del doble sentido de la palabra quién enloquece hasta degenerar en tragedia. No admite bromas ni malas miradas, no acepta perder así le cueste la vida…”

Catalina Zanela Navarro 

Publicación del Honorable Ayuntamiento de Emiliano Zapata

2006 – Emiliano Zapata – Morelos – México

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