Retrospectiva de Rita Azevedo Gomes.

 “Saber no tener ilusiones es absolutamente necesario para poder tener sueños.”

Fernando Pessoa

 

El paisaje imperial portugués ha existido en el cine para celebrar su enorme y esplendoroso ocaso, la historia misma de la nostalgia. Un territorio pleno de memorias antiguas de alguien que emprende un viaje y abandona para siempre una época, y regresa luego como un desconocido que pretende una patria extinta, o simplemente no regresa.

El puerto, el mar, la partida, los viajes, las distancias, las casas distantes, el viento. En las películas de Rita Azevedo Gomes las figuras humanas parecen reconocer que su destino final es sentir y pensar a través de las huellas, las propias y las de otros ¿Cómo reconocernos en ellas? Lo humano asoma en la elegancia de la plástica y la poesía. En la abnegación inexorable de lo manifiesto: lo tenue, lo intangible, esa presencia fantasmal del deseo humano que lo impregna todo y trasciende el universo limitado por la narración y el tiempo.

Con la cercanía de Manoel de Oliveira, Antonio Reis o João Bénard da Costa la directora canalizó la crónica fundamental del cine portugués durante su formación. Portugal es un país fuera de lo común, en su historia de república tardía, imperio de larga agonía, y una extensa dictadura patriarcal y católica, el tiempo mismo parece haberse declarado en huelga.  Esta historia ha ocasionado un pasado aglomerado en una atmósfera propia, sustancia o materia que se hace presente en los filmes.


Rita Azevedo Gomes fue al encuentro de la literatura que puede declamarse allí, lo hizo con total naturalidad, las voces que habitan en sus películas no pertenecen a un tiempo fílmico, están ancladas en cierta eternidad donde sus filmes son pasadizos, accesos para los que habitamos un tiempo secular. La llave del tiempo puede ser impresa en cine. El tiempo también resulta en un estado del alma, una modulación de toda nuestra psique para comprender el vacío de nuestro transcurrir, o siquiera percibirlo. La idea que subsiste en los filmes de Rita es la poesía del transitar, la belleza propia de existir.

La consistencia de la producción cinematográfica portuguesa es notable, tanto en las generaciones anteriores como en las contemporáneas, plenas de riesgo y experimentación, perspectiva política e histórica, y ese dejo elegante que pareciese propio. La razón de su cine también pasa por la existencia de la Escola Superior de Teatro e Cinema, fundada en 1836 como O Conservatório Geral de Arte Dramática, que resulta en un vórtice de discusión y producción, uno de los ojos de la tormenta de la historia del cine mundial. Y aunque Rita no asistió a la “Escola Superior”, sí se alimentó de su ámbito. Su búsqueda fue primero a las Bellas Artes y luego esos descubrimientos proliferaron en la pantalla.

Otra de las razones de este cine portugués es, a su vez, la presencia del cine mismo como parte de la vida pública. Desde su centro fulgurante en Lisboa con la Cinemateca Portuguesa, esta cultura de la cinematografía se ha irradiado incluso más allá de las fronteras del país. Es que la Cinemateca Portuguesa no sólo se ha encargado de programar filmes y resignificarlos en el contexto de sus muestras, sino que ha visto nacer y proliferar toda una tradición crítica en términos de apreciación y puesta en valor de la diversidad del cine, gracias a la clarividencia de João Bénard da Costa. João fue el presidente de la Cinemateca Portugesa durante 18 años consecutivos, y era considerado el alma misma de este espacio cultural, como programador y como escritor. La Cinemateca fue ganando mucha influencia durante estos años, hasta que Bénard da Costa se retiró y falleció en 2009 dejando un legado enorme.

Entre los filmes que Black Canvas FCC nos presenta en la Retrospectiva de Rita Azevedo Gomes, se encuentra una de las más ricas pláticas sobre cine, arte y vida jamás filmada, el encuentro de su mentor, Manoel de Oliveira, y João Bénard da Costa, presidente de la cinemateca, escritor y actor: A 15º Pedra (2007). Esta pieza resulta de un valor sorprendente para poner en perspectiva el éxito contemporáneo de los cineastas portugueses, sus raíces, y parte importante del trabajo de Rita Azevedo Gomes quien actualmente es, a su vez, programadora de la aclamada Cinemateca Portuguesa.

Esta delicada y a la vez poderosa obra cinematográfica, contemporánea, femenina, plena de intuición y pulsión, es el resultado de la libertad en la mirada de una mujer. De frente a la experimentación, la literatura, el teatro y la plástica como caminos plenos, Rita Azevedo Gomes es dueña de una de las poéticas más admirables en el cine del presente.

 

Facundo Torrieri
aguilasalmon@gmail.com
Para: Black Canvas FCC, 2019