En torno al arte surgen preguntas retóricas que inquietan por su recurrencia en las esferas institucionales. Es preciso dejar a un lado el oxidado ejercicio de “verdadero o falso” acerca de la utilidad del arte. Cuando ésta encuentra un sitio, una mínima chance, la toma, funda ahí su lugar. Encontramos la necesidad del arte recién en su presencia, durante su factura, ante su mutabilidad, cuando experimentamos el efecto fascinante de haber transformado el vacío en curso, en sentido. Como dicen los integrantes de este proyecto, “Hablar y hacer arte es una acción política. Una toma de posición sobre la producción artística. Un ejercicio de pensamiento. Un espacio de resistencia. Galería La Pared es una anti galería.”
He aquí cómo surgió este proyecto, un ejemplo de la cualidad expansiva que tiene un espacio destinado a la experimentación, como las ramas que crecen desde una gota de tinta cuando se deja caer sobre la superficie mojada.

 

La Pared, Galería de arte.

Año 2018. Escuela de Artes Visuales “Profesor Roberto López Carnelli”, FHAyCS – UADER. Paraná. La cátedra de Taller de Investigación y Producción IV no tiene espacio físico; comparte el aula con otros talleres, por lo que los encuentros suceden en cualquier otro lugar. Un taller nómade.

Vuelta a clases luego del receso de invierno. Sentados en ronda, bajo el sol tibio de agosto en el pequeño rectángulo del patio, le ponemos palabras a una sensación que se puede palpar: estamos aburrides.

Un recorrido inicial de una formación académica disciplinar que abarca los distintos talleres tradicionales: pintura, escultura, cerámica, grabado, donde las consignas definen las tareas a realizar y encuadran los espacios de producción, decanta en el cuarto año de la carrera donde se tratan las problemáticas del arte en la actualidad: qué es el arte contemporáneo, cómo es el proceso de producción de una obra, lo que los moviliza, el deseo, los obstáculos, las fantasías, las formas de accionar con y sobre el arte. Se trata de descubrir que la obra surge de ese hacer cotidiano, chiquito, sin pretensiones, que va construyendo el mundo de cada uno. Además de “qué hacer”, pensar “cómo hacer, por qué hacer, para quién hacer” lleva a otras derivas que se vuelcan al mundo como una acción simbólica del habitar.

Ante esa frase que se derrama en la siesta cuadrada definida por los límites del patio de la escuela de artes, surgen distintas propuestas y una estalla: “hagamos una galería de arte”. ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿Cuándo?, preguntas que dan lugar a explorar las implicancias de esa acción en la Escuela de Artes Visuales de la Facultad Provincial de Entre Ríos.

La pared de ingreso al taller de pintura, en la planta alta del edificio, es la elegida. Un espacio cuyo piso y techo son de malla de metal desplegado; solo una pared de metro y medio de ancho sin resguardo. Una galería que físicamente no es galería, que tampoco se piensa comercialmente, que exige obras que van a estar a la intemperie, obras que pueden degradarse o transformarse por las acciones climáticas o por el gesto de alguien que pasa. Un espacio en una facultad en conflicto, que pone de relevancia la falta de recursos, seguridad y, básicamente, la ausencia de un pensamiento crítico que solo lo desarrollan algunas cátedras aisladas. Pone en crisis situaciones del arte y del contexto en las que les estudiantes se comprometen a vivir esa aventura.

Así surge La pared, Galería de arte, un espacio de ensayos para pensar en amplitud el campo del arte, donde les estudiantes se posicionan en roles rotativos: artista, gestor/a, curador/a, activando además funciones de montajista, escribiente y planeando modos de circulación de las propuestas. No es la intención mostrar obras acabadas, sino que vayan   transformándose en el habitar la intemperie y en el convivir con gente que atraviesa o descansa este lugar que a veces es obra en sí mismo (es lugar de paso y de sentadas de recreo). Posibilita pensar nuevas formas de apropiación del conocimiento, descubriendo otros modos de posicionamiento en el espacio educativo, a partir del trabajo colectivo; donde se entiende que hablar y hacer arte es una acción política. Una toma de posición sobre la producción artística. Un ejercicio de pensamiento. Un espacio de resistencia. La galería La pared es una anti galería.  


Primer manifiesto (año 2018)

 

 Segundo Manifiesto (en proceso)

¿Qué es la pared?

Construcción de superficie continua levantada perpendicular al suelo, con las dimensiones adecuadas para la investigación y la práctica artística, el encuentro de nuevas miradas, cuerpos y pensamientos.

Lugar de tránsito para habitar
Conjunto de cosas o personas que se aprietan o unen estrechamente para materializar imposibles
Un concepto
Un modo de ver
Una metáfora

¿Qué la caracteriza?

La precariedad material
Los efectos de la intemperie
La infinita improvisación
La creatividad colectiva

¿Para qué fue creada?

Para pensar
Para aprender haciendo
Para provocar
Para desestabilizar
Para ensayar relatos
Para construir

¿Quiénes forman parte de la pared?

Tode aquel que tenga la valentía para jugar seriamente a hacer arte

¿Dónde está la pared?

En cualquier lugar
En cualquier pared
porque cualquier pared puede ser la pared

 

Tres años de andar con La Pared a cuestas, o apoyándonos en La Pared; el primero respondiendo al mandato de su origen donde se planteó como espacio de circulación de la obra y de la palabra. Investigaciones sobre lo cotidiano como eje, a partir del cual pensar la forma, el espacio, el tiempo, lo privado que se convierte en público y lo latente se hace manifiesto habilitando nuevas lecturas.

La Pared va creciendo como un espacio político, crítico y poético; solicitando más, desde acciones en la calle hasta la gestión de convocatorias para hacer visibles las problemáticas de la institución. Se transforma en un espacio desde donde se plantea la lucha por los derechos de les estudiantes y docentes en una facultad donde se manifiesta el desinterés por las necesidades de Artes Visuales.

Junto al centro de estudiantes, denuncia y solicita condiciones dignas de cursado y CONCURSOS; esta palabra, al modo del artista Juan Carlos Romero, quien se toma de referente, fue no sólo empapelando los muros sino también en forma de stenciles cubrió las calles acompañando con clases públicas. Ya conformados los concursos que se llevaron a cabo con grandes irregularidades, La pared vuelve a accionar:

 

 

Bajo el lema CONCURSOS YA! Les estudiantes escriben:

“Pasaron 100 años de la Reforma Universitaria. En su manifiesto se sostenía que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. Entonces, ¿quién nos gobierna…? Llegamos a preguntamos en La Pared cuando observamos acciones que avasallan los principios democráticos de nuestra Facultad; y nos seguimos preguntando, ¿realmente nos están representando o son una simple hegemonía?

Cuando el poder en cualquiera de sus formas recurre a medidas expeditivas que simplemente refuerzan su poder material y sistema de control;

Cuando la solidaridad es arbitraria;

Cuando se olvidan de los intereses de los grupos destinatarios de sus acciones, estamos frente a una Hegemonía.

El artista Juan Carlos Romero decía que su misión era mostrar y denunciar los sistemas en los que estamos inmersos. Inspirados en su obra, y en la búsqueda –y lucha– por este ideal permanentemente inacabado que es la democracia, recurrimos a las intervenciones gráficas situacionales para exigir TRANSPARENCIA.

 

 

Esa cualidad de los pigmentos que tanto estudiamos como una propiedad óptica de la materia que deja pasar la luz, hoy se observa en las letras que reclaman, en la obra que DENUNCIA SU AUSENCIA. TRANSPARENCIA: Actitud o actuación pública que muestra, sin ocultar o silenciar, la realidad de los hechos.”

Mientras esto sucede las muestras de les estudiantes siguen su curso y van tomando otros formatos: trabajos en proceso, performances, instalaciones, acciones digitales con proyecciones.

A esta sumas de propuestas, y cada vez más alejados de la facultad, llegamos a Puerto Sánchez, a orillas del río Paraná, barrio de pescadores donde se comen las mejores empanadas, barrio “para ser visitado” pero olvidado en sus derechos. Les pescadores quieren nombrar sus canoas como lo hacían sus abuelos, quieren que prefectura no los controle más preguntando su identidad, sueñan con imágenes y nombres y junto a les artistas convocados por La pared y el Zaguán, otro grupo con el que se comparten deseos, pintan. Una jornada de sol, calor, empanadas, vino y olor a aguarrás y sintético se empieza a nombrar cada canoa y a ponerle una figura que la identifica.

 

 

Y ya en la Cuarentena del Covid, La Pared virtual como La Pared viral, se transforma en un modo de accionar para poder tolerar el encierro y la falta de encuentros de cuerpos, mates y charlas al sol. Convocatorias para compartir la producción artística, la producción de pensamiento, la gestión y el aprendizaje a partir de este hacer desde la virtualidad. Empieza a funcionar como una entidad en sí misma, como un espacio simbólico, “en cualquier lugar, cualquier pared es la pared” .

 

 

 

Y las preguntas son ahora, ¿es tan precaria La pared viral como la pared material? ¿desde qué lugar se construyen los nuevos relatos y las nuevas significaciones?

 

Para saber más sobre galería la pared:
IG: @lapared.espaciodearte
FB: @LaParedespaciodearte

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