Un loop de todos los días, un eterno retorno, los rituales de la vida cotidiana, de lo doméstico, y entre todo eso, una constante resignificación del universo; cómo nos configuramos en nuestros espacios y en nuestros pensamientos. Raquel Minetti, artista visual nacida en Elisa el 14 de abril de 1957 y radicada en la ciudad de Santa Fe, Argentina, nos comparte su proceso de producción de obra, su forma de habitar el mundo.

Escrito para pensar una obra

Deseo de desarmarme, de desmoronarme y transformarme en nada.

Es difícil pensar una obra cuando se suman mil ideas y muchas atraviesan mi cuerpo. Van deslizándose por mi piel y me van sensibilizando hasta la insensibilización, hasta el deseo de la muerte, hasta la muerte misma.

No puedo soportar la nada cotidiana, los platos apilándose, los papeles atrapándome, las voces que me envuelven, el viento, siempre el mismo viento, el sol, siempre el mismo sol.

Tal vez la obra se desvanezca en la búsqueda de un espacio; tal vez la obra nunca salga al aire y no pueda aventarse como un navío; tal vez el viaje se detenga acá y solo pueda poner palabras y no materialidad; tal vez sea tarde mañana cuando ya todo esté acomodado y tenga que pensar solo en mí.

Terrible, angustiante, vacíos, miseria,
mi madre que quería que yo sea,
mi padre que no quería que yo sea,
mi historia que fue acobardándome en la espera.
Los hombres…queridos hombres, hermanos, hijos, amigos a los que les hablo como si fuera una gran fuente de agua espesa que libera sus culpas y sus sentimientos. Los hombres que he amado y me han dejado la marca de sus cuerpos y el sello de sus labios, el secreto de palabras susurradas en lugares ocultos…y esos otros hombres que cargan en mi lomo sus derrotas o aquellos con los que amanecemos brindando por la vida que se desparrama entre suspiros y olvidos, entre encuentros y reencuentros, entre vinos y noches lentas.



Pensar la obra…
la construcción de sentido
o del sinsentido

Quiero poner en escena las cosas diarias que van mutilando,
desgarrando el cuerpo-tiempo pero que me permiten vivir
un espacio blanco
una sábana blanca
manchada de sexo y de vino
¿con palabras? números de teléfono?
¿en la pared extendida o tirada en el piso?
¿arrugada?
(este es el espacio de un hombre)

en el piso un círculo de pasas de uva…
o aceitunas

en la pared objetos
en una repisa
o clavados
o algunos en repisa y otros clavados

cosas que quiero tirar y no puedo…restos…
osobucos, restos de la comida de mis perros.
osobucos, restos de las sopas de campo

una flor de plástico como las que se dejan en el cementerio para no cargar con la culpa de no renovarlas todos los domingos. Flores de plástico. Como las que me he negado a llevar a mis padres dejando la tumba vacía, testigo de la ausencia de los vivos.(como si los muertos no tuviesen historia)

Una hilera de batidores de yeso, con fechas que registran los retratos que hice en todos estos años (objetos inútiles: los batidores y los retratos)

no olvidar la olla negra
tal vez la sartén

y el librito de Escenas de “todos los días”

quiero poner una mesa con maníes
o con cáscaras de maníes en círculo

o migas de pan en círculo
(es importante que sea un círculo)
como las aceitunas o pasas de uvas en el piso

Y una silla…

– fósforos usados
– corchos de vino usados
– papeles de chocolate usados
– preservativos usados
– cáscaras de naranja
– papeles viejos (pueden ser cartas de amor…usado)
– cordones usados (de zapatos de hombre, de botines de fútbol…)
– llaves usadas
– pequeños cuencos cerámicos usados

quiero poner palabras
mínimas
O algún texto
solo un registro

se llamará

ordenamientos ociosos

El espacio debe ser blanco, impecable.
Los objetos tienen que acumularse en sectores y luego dejar espacios vacíos.
La acumulación ordenada pero no en exceso, debe dejar entrever el placer de “poner la cosa en estado” pero no la obsesión del coleccionista.
La iluminación puntual, sobre cada sector u objeto, debe generar un clima intimista.
Una instalación.

La situación es performática. Se genera una tensión entre 3 espacios y 3 personas: un hombre construye un espacio con apilamiento de sábanas – la mujer, sentada, ordena migas de pan en la mesa- otro hombre (joven) hace sonidos con objetos de cocina. Las escenas se triangulan. Cada uno está en espacios diferentes-extremos pero los tres coinciden en gestos o miradas.
El espacio sonoro pensado como una rutina de algún hecho cotidiano: la virulana raspando la olla….la cuchara raspando….sonido de sorbos de alguien que prueba la sopa…agua…
sobre esa base el músico (hombre joven) compone con objetos (ollas, cucharas, raspadores, etc.)
La escena de la mesa y la sábana dialogan, el hombre construye el espacio de la cama-muerte, cama-vida, cama-sexo, cama-amor. La mujer controla desde lo cotidiano, amasa, ordena, arma-desarma.
Los textos ordenados sobre una mesa blanca, fotocopias apiladas que la gente puede llevarse.

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Raquel Minetti


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Raquel Minetti